Luagr I
El risco Luagr, por Jakeukalane.
Texto original.
El desastre había sido total, aunque de eso hacía ya varios milenios. Todo lo que había quedado de aquella parte del mundo había sido una gigantesca montaña bañada por el mar.
Desde el risco sólo se observaba un paisaje increíblemente monótono. El mismo mar en todas direcciones. Sólo a lo lejos se distinguían unas peculiares formas globulares que cambiaban lentamente.
No se veían gaviotas ni cetáceos. Ni una sola nube cubría a esta parte del mundo, aunque los días en los que el Poder se desataba el ambiente se cargaba de una perturbadora niebla grisácea.
Desperté en la cima y, como el día anterior vi a 400 metros de la Gran Montaña una forma difusa que se iba acercando.
El enorme objeto que había aparecido flotando en el aire se había convertido en objeto de mi interés.
Lo había arrastrado el Poder hace unos días pero hasta entonces había sido semitransparente, pues no había penetrado en esta Realidad y seguía a medio camino de la suya y eśta. Sin embargo ya se había convertido en algo completamente sólido.
Tenía la forma de un óvalo hueco, como una de las minas a cielo abierto de la antigüedad. Las laderas bajaban empinadas aunque se apreciaban también en algunos lugares terrazas que parecían de cultivo.
Yo contemplaba todo desde lo alto, en la Gran Montaña. En la parte inferior de esa mole de piedra con apariencia de vasija había una variedad de plantas increíble. Me concentré en mi improvisado campamento pensando en que podría comer una vez que mis reservas de comida se habían agotado. Tumbado sobre el frío terrero de pura roca pensé en que podría hacer ahora. Sin embargo un curioso sonido interrumpió mis pensamientos.
Volví la vista hacia la misteriosa cumbre volante. Entonces los vi.
Pedían ayuda. Eran miles de seres de color verde de apariencia reptiliana. Caminaban sobre cuatro patas. No los había visto antes puesto que se confundían con la exuberante vegetación. Chillaban, imploraban. No podían salir de la parte más interna de aquel lugar de apariencia estrambótica.
Me afané en llegar hasta la cornisa más cercana a la cumbre volante. Dejé vagar la vista hasta el horizonte, en busca de algún rastro del Poder.
Las formas globulares del extremo más alejado del horizonte estaban inmóviles. Su color azul pálido no había variado desde el día anterior. Me quedé más tranquilo.
Comprobé las sogas y las poleas que había instalado hace una semana. Vivir en la Gran Montaña tenía sus ventajas aún con el terror constante que despertaba en mí el Poder. El viento traía objetos de lo más curioso. Hacía poco más de un mes que un galeón de un tamaño descomunal había chocado contra la Gran Montaña y se había incrustado en la roca.
Los gritos se hacían cada vez más frecuentes y me apresuré en asegurar el extremo de la cuerda en una roca y cogí 3 cuerdas con ganchos al extremo. Até la cuerda y me deslicé por ella apresuradamente. Llegado un punto tuve que seguir mi camino entre la pared vertical para no tensar la cuerda demasiado. Salté hasta el borde de aquel extravagante accidente geográfico y, cargando con los ganchos me dispuse a llegar hasta donde se encontraban las bellas criaturas. Iba oscureciendo y cada vez oía más fuertes los gritos de apremio de aquellos seres, clamando ayuda. Una vez en el fondo de la depresión me encontré con algo inesperado.
Los seres estaban encerrados en una especie de jaula de energía.
Criaturas: Seres Humanos, Triyuh.
Espacios Planares: Luagr. Lugares: Gran Montaña.
Conceptos: Poder.
Texto: Jakeukalane.
Imagen: Jakeukalane. Imagen original aquí → Luagr (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → Luagr (imagen).
©Hyposs Productions.
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