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El Bestiario del Hypogripho Dorado

Relatos

El planeta de la prensa evanescente

El planeta de la prensa evanescente

Imagen I: Una representación de Elqq y su tan querida prensa, por Jakeukalane.


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Texto original de Avengium. Escrito en un reto de escritura. Palabras clave: prensa, alegría.


Elqq era un planeta triste. Siempre había sido un planeta triste. Hasta que, por algún extraño motivo, un día los habitantes de Elqq se levantaron y vieron que había prensa en sus casas.

Recelosos, la miraron por el rabillo del ojo, no sabían lo que era la prensa ni cómo había llegado allí. Los Elqqianos continuaban con su vida normal, el extraño fenómeno del día anterior podría haber sido puntual.

Y al día siguiente, ¡plof!, más hojas de papel encima de las del día anterior. Esto les extraño más. ¿Qué hacía ese extraño objeto ahí? ¿y de donde había venido? Aún así, intentaron ignorarlo de nuevo. Quizá desapareciera tal como ha venido.

Hasta que unos días después, ¡plof!, ¡plof!, ¡plof!, ¡plof!, los periódicos de toda la semana se acumulaban unos encima de otros. Y encima de todos ellos, —más relleno y lozano—, se encontraba la edición dominical.

La edición dominical tenía una pinta muy apetecible y además contaba con suplementos a todo color, lo que lo hizo irresistible para los Elqqianos. Uno a uno fueron cogiendo su ejemplar de prensa dominical y uno a uno iban echando carcajadas de la risa.

A partir de ahí, leer la prensa y sus divertidas anécdotas se convirtió en una costumbre ineludible. Día a día los Elqqianos iban siendo cada vez más felices, hasta tal punto que Elqq se conoció en las cercanías como el planeta de la alegría.

Los Elqqianos iban cada mañana a trabajar de lo más felices y se dormían con una sonrisa en sus caras. Algunos se imaginaban durante el sueño leyendo la prensa de mañana. Otros deseaban que llegara el momento en el que la prensa apareciera como por arte de magia dentro de sus casas. Y poder leerla como recién salida del horno y lista para degustar, llena de artículos de hortalizas con formas curiosas, de citas celebres graciosas, de declaraciones desternillantes y de viñetas que les causaban carcajadas sin fin.

La prensa llegaba todos los días a sus casas (estuvieran donde estuvieran) como por arte de magia, y ellos eran felices.

FIN


Nota I: Este artículo fue reescrito varias veces por el autor. Esta es una de sus formas finales.


Criaturas: Elqqianos.
Lugares: Planeta Elqq.


Texto: Avengium.
Imagen I: Jakeukalane. Imagen original aquí → El Planeta de la Prensa Evanescente (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → El Planeta de la Prensa Evanescente (imagen).

©Avengium ©Hyposs Productions.

La trucha y la medialuna

La trucha y la medialuna

Imagen I: La trucha mirando a la luna, por Jakeukalane.


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Texto original de Avengium inspirado en "truchas en la noche", ver nota.


La trucha se movía por el río. El camino se lo conocía de memoria. La corriente seguía siendo la misma.

Y ahí estaba la luna. La luna siempre cambiaba. Pero a pesar de ello seguía siendo la misma.

La luna, ese lugar donde nadaban las truchas lunares... ¡Cran! ¡prun! ¡crask! Un estruendo la sacó de sus ensoñaciones. El ruido la sorprendía cada vez que se quería concentrar. La trucha tenía un problema.

Intentó encontrar la fuente del ruido. ¿venía de corriente arriba? El ruido quedaba fuera de su alcance. La trucha miraba a la medialuna y se preguntaba ¿cómo puedo librarme de este ruido? Pero nada, el ruido no cesaba. ¡Pras! ¡crun! sonaba como a ruido de botellas contra el suelo. A veces como tierra desparramándose.

La trucha empezaba a respirar mal, el agua estaba turbia. ¡Puum! una raqueta enorme aprisionaba a la trucha que no podía escapar del barro levantado que filtraban sus branquias.De repente se sintió muy ligera, podía volar. Vio un camión echando escombros cerca del río. El camión se retiraba impune. Su desinterés había hecho que parte de la carga se cayera al río y lo estaba taponando. El río ya buscaba otro lugar por donde continuar.

El río ya no era el mismo, pero seguía siéndolo. Al igual que la trucha. Ahora volaba hacia la luna cubierta con escamas de plata.

FIN


Nota I: Este relato fue hecho en un ejercicio de improvisación o reto de escritura. Para ello se escogieron unas palabras y se hizo el relato. Las palabras escogidas fueron: problema, trucha, vocal, raqueta, medialuna, ruido.


Criaturas: Truchas, truchas lunares.
Espacios Planares: Tierra Neshl.


Texto: Avengium.
Imagen I: Jakeukalane. Imagen original aquí → La trucha y la medialuna (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → La trucha y la medialuna (imagen).

©Avengium ©Hyposs Productions.

Atardecer lunar

Atardecer lunar

Imagen I: Una Lechuza de la gravitación lunar organizando satélites, por Sam Del Russi, modificada por Jakeukalane.


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Texto original de Avengium inspirado en las Lechuzas de la gravitación lunar.


La especie de los Bhólfony llevaba milenios navegando por el cosmos. Durante ese tiempo habían visto incontable maravillas. Habían participado en miles de eventos gloriosos y en miles de trágicos. Ahora desde el atardecer de su civilización miraban el espacio y contemplaban la belleza impasible de las estrellas.

Su civilización había evolucionado desde su planeta natal hasta extenderse a otras estrellas y finalmente a ocupar buena parte de su galaxia. Tanto su ciencia como su filosofía habían estado en constante desarrollo durante todo el transcurso de su historia y hacia el final de su viaje su civilización seguía siendo pacífica. Claro que habían desarrollado armas, pero solo las habían usado para defender la serenidad de sus asentamientos.

La razón por la que su civilización se acercaba hacia la noche eterna estaba en una esfera distinta de la realidad. Los Bhólfony, en su maestría científica habían accedido a otro Plano de existencia. En este, infinidad de lunas orbitaba a cada planeta. En su análisis de varios centenares de sistemas estelares, los Bhólfony no habían encontrado un solo planeta o planeta enano qué no tuviera al menos 20 satélites de importancia orbitando alrededor de él.

Las estampas y paisajes estelares que componían estas lunas eran realmente bellos para quienes podían contemplarlos pero algo misterioso se escondía detrás de ellos, ya que en sus viajes no detectaron ninguna otra nave o vehículo espacial. Los Bhólfony habían entrado en el patio de juegos de unas entidades ancestrales y estaban apunto de arruinar una investigación que llevaba millones de años en curso.

Cada vez que bajaban a la superficie de un planeta o luna, no encontraban nada ni a nadie, parecía que todos esos geoides estaban deshabitados. Nadie los había pisado hasta ahora.

En cierto planeta rocoso, en el que selvas de color malva se extendían sin término, encontraron una pista de estas entidades. Inscrito con amplios símbolos sobre unos campos de maíz había un mensaje que pudieron descifrar. La escritura era alienígena, y solo se podía leer todo el mensaje desde kilómetros por encima de la superficie. Estaba escrito: "Buhgravlun".

Los Bhólfony habían oído leyendas de estas entidades y decidieron retirarse para no perturbar la tan preciada paz que estimaban estos seres. Pero la paz ya había sido perturbada y había arruinado el arduo trabajo de Gujujuruju, el Buhgravlun que supervisaba ese sector.

Cuando la expedición traspasó esa esfera de la realidad y regresó a su Plano de origen no notaron nada distinto. Pero meses después algo se iba haciendo más común entre ellos.

Cada vez más Bhólfony aparecían petrificados en sus casas y hogares, inmóviles. Las posiciones en las que habían quedado inmóviles eran de lo más variado, la parálisis había llegado a cada uno de manera repentina. Un desequilibrio místico afectaba a los Bhólfony. Una de las fuerzas fundamentales que manejaban los Buhgravlun se había desequilibrado. Y ellos estaban asistiendo resignados a su autorregulación natural.

Ellos, que habían visto incontables maravillas se iban a convertir en una, "los Bhólfony, la especie congelada". Toda una especie petrificada en sus casas, en sus calles y en sus planetas. Esto era lo que sucedía cuando se trastocaban fuerzas fundamentales.

FIN


Criaturas: Bhólfony, Lechuzas de la Gravitación Lunar.
Espacios Planares: Planos.
Individuos: Gujujuruju (Buhgravlun).


Texto: Avengium.
Imagen I: Sam Del Russi (sdelrussi), modificada por Jakeukalane. Imágenes originales aquí → 202112-005-301618059 (deviantart), Flight path (deviantart), Multiverse 99 (deviantart). Imágenes en tamaño completo aquí → 202112-005-301618059 (imagen), Flight path (imagen), Multiverse 99 (imagen). Imagen "original" aquí → Las Lechuzas de la Gravitacion Lunar by sdelrussi (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → Las Lechuzas de la Gravitación Lunar by sdelrussi (imagen).

©Avengium ©Sam Del Russi ©Hyposs Productions.

El Misterio del Monolito

El Misterio del Monolito

Imagen I: El Monolito, por Ludovic Celle.


Texto original. Múltiples inspiraciones, ver nota.


Thuilr miraba el horizonte. Tenía que descubrir de donde surgía aquel resplandor dorado que llevaba toda la mañana molestándole.

Además, estaba aquella música melancólica que no paraba de sonar. Desde hace varios días sentía como si estuviera siendo controlado: oía sus propios pensamientos en voz alta, luces y sonidos surgían de todas partes y, a veces, escuchaba largas descripciones sobre el paisaje.

—¿Mundo? ¡Escúchame! No voy a permitir que me controles.
Continuó cabalgando. Ahora que lo pensaba no recordaba cuando había sido de otra manera, sin escuchar aquellas voces...
—Eh... espera, espera... ¿Cómo que nunca he vivido de otra manera? Claro que he vivido de otra manera... —pero su protesta fue apagándose poco a poco cuando descubrió que se equivocaba.
—¿Qué dices? —continuó—. ¿Qué yo me equivoco? Estás haciendo trampa, me estás diciendo lo que tengo que pensar.
«Es posible que esté haciendo trampa, para algo soy el Narrador de este cuento. Yo existo, tú no existes. No me quieras decir cómo tengo que escribir este cuento».
—¿Pero cómo va a ser eso posible? ¿Y mis derechos? ¡O sea que eras TÚ el que hace que todo esté tan excesivamente descrito, cuando no hace falta! ¡Pues que sepas que tienes un gusto pésimo!
A Thuilr le empezó a dar vueltas la cabeza. Decididamente, los tragos de ron que se había tomado con los bandidos a los que había ayudado a escapar no ayudaban en nada.
—¡Difamación! Puede que me dé vueltas la cabeza, ¡pero es por tu culpa, voz fantasmal! Y que conste que yo no les ayudé...sino que...
Con un suspiró, cayó al suelo, totalmente borracho. No se movió de ahí durante un buen rato.

Así que ese es su juego, quiere controlarme, pero no lo va a conseguir. Pero le seguiré la corriente y averiguaré como devolverle la jugada.

Thuilr despertó a la mañana siguiente todavía con resaca y algo confuso, pero al no escuchar voces extrañas (que habían sido producto, indudablemente, de la borrachera) su ánimo mejoró. Se mantuvo callado y cabalgó con su poni (¿Cómo que un poni? ¡Me costó mucho dinero este caballo!) con su caballo hasta aproximarse a aquel resplandor que había visto el día anterior.

Era una gigantesca roca amarilla con forma de monolito. No amarillo pálido, ni dorado, como aparentaba desde lejos, sino un amarillo chillón difícil de soportar a la vista. A la derecha del enorme monolito había un frondoso bosque. A la izquierda, un enorme cañón desértico.

Tenía que elegir.
—Pues no sé tú, pero yo me quedo aquí a comer, que estoy cansado.
«Tienes que continuar, si no, el cuento se queda estancado. Además, ¿A quién le importa que tú comas? Luego me dirás que tienes que hacer —ejem— otras cosas».
—Pues claro, ¿quieres que tenga estreñimiento? En estos lugares no se puede permitir.
«No seas mal personaje y continua andando».
—No. —dijo el muy terco de Thuilr—. ¿Terco, eh?, pues que sepas que no te voy a hacer caso.
«Narrador narrándose a sí mismo (con voz fría): Tienes que saber una cosa. Si ahora presiono una cosa que "aquí afuera" llamamos "tecla escape", sabrás por seguro que no seguirás existiendo. Es más, es como si nunca hubieras existido».
—Curioso. Tú también tienes voz narradora.
«Narrador narrándose a sí mismo (temeroso): ¿Yo? ¿Cómo? —el Narrador estaba perplejo».
«Narrador cada vez más atemorizado: No, yo no tengo voz narradora»
—Sí, la tienes, la estoy escuchando todo el rato. Al parecer tienes miedo. ¿Qué es lo que temes?
«Narrador pensando: "¿Qué es lo que temo?" ¡Yo no puedo estar siendo narrado! ¡Me convertiré en un personaje también
—Diría que dentro de poco te vas a materializar aquí dentro, en el relato. No puedo esperar a echarte la mano encima.
«El Narrador notó como lo que decía Thuilr se iba haciendo cierto. ¡Pronto dejaría incluso de tener una tipografía diferenciada!».

—Hola —dijo Thuilr. Tumbémonos sobre el césped y charlemos tranquilamente, Narrador. El tono que se desprendía de sus palabras era venenoso y cortante.
—¡Ja! —continuó Thuilr—. Este Metanarrador tiene más estilo que tú. ¿Te ves ya completamente ficticio, eh?
—Eh... —dijo el Narrador—. Esto no puede estar pasando. Yo estaba escribiendo este cuento. ¿Quién lo escribe ahora?
—Quién sabe. —Y, agarrándolo de la sucia chaqueta (al parecer el Narrador se había caído y su camisa se había llenado del polvo del camino), le llevó a rastras hasta el monolito.
—¿Qué significa esto? Como Narrador tienes que saberlo.
—Es que... todavía no lo había pensado. La trama no estaba desarrollada.
—No me mientas. Después de escuchar todas tus descripciones ridículas del paisaje, sé que tenías algo preparado. ¡Por el amor de todas las criaturas de Ra, si incluso cuando pasamos aquellos pedruscos hace tres días, no dejabas de repetir que podían ser ruinas antiquísimas de los demonios de nosequé Imperio!
—Está bien, está bien. Te contaré lo que sé, pero suéltame la camisa ¿está claro? Además, quiero que quede constancia de que soy un ser superior que tú, aunque esté atrapado aq... arghhh.
—Como sigas con ese discurso ridículo, te estrangulo aquí mismo. Para todas las desgracias que me has hecho pasar, hubiese sido mejor que no me hubieses creado, o sea que no lo vuelvas a mencionar.
—De acuerdo. Veamos. Si mal no recuerdo, estaba describiendo el paisaje, antes de que decidieras pararte a comer. Era importante la prisa, puesto que tiene que haber algún acontecimiento crucial que tú fueras a evitar. Aunque dudo que realmente puedas resolver nada, pareces muy enclenque. Luego desentrañarías el misterio del monolito.
—¡Uhh! Que grandilocuente. Lo veo incluso con letras rojas en un cartel de cine: "EL MISTERIO DEL MONOLITO". Pues bien amigo Narrador, que quede claro que no hay ninguna raza antigua durmiendo en el subsuelo. Además este "monolito" no es más que tu corriente exageración de las cosas. A mí me parece un termitero, un poco grande, pero podría pasar por un termitero. Mmm, mmm...
... un termitero... un termitero... Ha dicho...un termitero... ha dicho que el Monolito construida por la antigua raza Thain de osos polares gigantes era un termitero... increíble... no puede ser... un termitero...
—Calma amigo. Parece que te ha dado un ataque nervioso. Además ¿qué es eso de la raza Thain? No eres nada original con los nombres. Yo me llamo Thuilr. Significa "diente de dragón". La raza Thain de la que hablas te la acabas de inventar. ¡Por favor! Osos polares... a estas latitudes. Te está afectando eso de entrar en la ficción. ¿Qué dices? ¿Nos movemos? Parece que aquellos arbustos tienen bayas y parecen comestibles. ¿Y donde está el Metanarrador? Hace tiempo que sólo hablamos en diálogo y es un poco cansado.
—¿Ese? ¿El que hasta hace un momento era yo? Pues espero que se le caigan las teclas del portátil y deje de escribir, así nos deja tranquilos.
«La voz del Metanarrador se escucha desde la distancia; le escuchan todos, oye todo y nada le afecta: Moriríais».
—¡Ja! Mira como se cura en salud. No quiere que le pase lo que a ti.

«Una extraña urgencia se apodera de ellos. Recogen las bayas y sus pertenencias. En silencio, se ponen en camino. Tienen que descubrir lo que significan las extrañas inscripciones que hay en el monolito (que habrían visto si no hubieran estado discutiendo inútilmente y se hubieran acercado a mirar).
El misterio del paisaje cobra relevancia para ellos. Después de una tensa discusión, el Narrador consigue hacer entender a Thuilr que es mejor tomar el camino del cañón, que conduce a una extensa llanura, salpicada de protuberancias similares al extraño Monolito que acaban de abandonar. Cabalgan hacia el cañón. Notan como no sólo cambia el suelo, también lo notan en los huesos: el paso del tiempo es diferente, más pesado, más tétrico».
«Después de un rato, deciden parar. A lo lejos se percibe una enorme formación rocosa de color rojo».


inside the desert por batjorge
Imagen II: El gran monolito, por batjorge.


—Mira, allí hay un Monolito mucho mayor.
—A ver, un momento —dijo Thuirl sin volver la cabeza—, pensemos con claridad. Que el Metanarrador sienta simpatía por ti y te apoye no significa que de repente hayan aparecido Monolitos por todas partes. Son termiteros.
—¿Quieres hacer el favor de mirar? Parece que no tienes ojos en la cara, oh "señor diente de dragón".
—Estás resentido por lo de tu inexistente raza de osos polares.
—No es cierto. Sólo tienes que mirar a lo lejos. Quizás no fueran osos polares, está bien, puede que me precipitara, pero seguro que eran bastante grandes, no sé si gigantes pero lo suficiente para construir ESO.
«Thuilr por fin miró hacia donde el Narrador le indicaba. Su cara de asombro fue digna de contemplar».
—Os reís de mí, pero si no estuviese yo no tendrías personajes. Pregúntale a cualquiera qué puedes hacer en un cuento con un Narrador y un Metanarrador. ¡Nada! ¡YO muevo el relato! Y, vale, a veces creáis alucinaciones bastante convincentes. Pero por más que digáis que eso es un monolito construido por no sé qué raza, a mí me parece una formación rocosa natural.
«Después de las habituales quejas de Thuilr, los dos se pusieron en camino. Nada más llegar a la base de la impresionante formación rocosa, les recibió un ser delgado con aspecto animal, pero rasgos risueños».
—Han llegado al Monolito Grande. Aquí pueden escuchar todo lo que necesiten saber sobre los monolitos de esta parte del continente. —Al ver la desconcertada cara de los que asumió como turistas despistados, procedió a iniciar la visita—. Este monumento fue construido hace 500 o 600 millones de años por una raza desconocida, aunque creemos que tenían un aspecto parecido a osos de color blanco y bastante envergadura...—Si me acompañan podrán observar los intrincados túneles que construyeron para... —se detuvo al ver que Thuilr sacaba algo de una bolsa.
—Guarde eso —De repente su tono amistoso de guía turístico desapareció—. Las fotografías están prohibidas.
—¿Pero qué haces con una cámara digital? —le recriminaba el Narrador—. ¿Thuilr, "diente de dragón", con una cámara digital? ¿No ves que es un anacronismo? Como mucho tendrías que tener una cámara fija o analógica...
—¿Y porqué no iba a tener una cámara de fotos digital? Nunca has dicho en que época se encontraba enmarcado el relato. Es tu culpa si pensabas que era en 1940 o así.
—Pero... pero... el ambiente... la narración... los bandidos, el ron, el cañón... todo eso desprende un aura de antigüedad, tiempos lejanos, lugares remotos...
—Venga ya.
—Tenías un caballo. Nadie va a caballo ahora.
—Tú me querías endosar un poni. Eso sí que es romper con el "aura" de antigüedad. ¡Un poni! —se dirigió al humanoide—. Perdone, señor. ¿Porqué no puedo hacer fotos? No me irá a decir que el flash estropea la roca, porque está cámara tiene sensores que hacen innecesario el uso de flash incluso con muy poca luz.
—¡Alto ahí! —dijo el Narrador—. ¿Innecesario el uso de flash? Estoy de acuerdo que no esté ambientado este relato en el S.XIX, pero no te pases de listo, ni de siglo.
—Creo que tú aquí ya no eres el Narrador ¿recuerdas? Además, el Metanarrador no parece poner objeciones.
«El assyntu, que así se llamaba la especie humanoide con rasgos animales, los miraba desconcertado. Normalmente las visitas que recibía eran de otros essuntu [plural de assyntu], ansiosos por conocer la historia de sus antepasados y de los misteriosos Thain. Pero en las ocasiones en las que tenía que dar su charla a seres cara-tiesas siempre había problemas. Aún así, ninguno de ellos era tan ridículo como la pareja de forasteros que acababa de llegar, chillándose por todo. El assyntu decidió ignorar las excentricidades de los cara-tiesas y contestar directamente a la pregunta del más delgaducho de ellos».
—Esos aparatos capturan el alma de los sitios y según nuestra re-...
—A ver, señor-guía-turístico, he visto que hay cámaras de seguridad por todos lados. Los monolitos pequeños (y tengo que dejar claro mi opinión: son termiteros) también los tienen, pero es que ¡incluso los cactus tienen agujeros para las cámaras de seguridad! Perdona, pero no me creo eso de que es por respetar las tradiciones sagradas.
—Señor, la política del parque me impide hablar del asunto. No están permitidas las fotografías. Como les iba diciendo, los túneles fueron excavados hace más de 400 millones de años, siguiendo un complicado patrón para conectar las diversas e inmensas salas que recorren el monolito...
—¿Dijo usted que fueron unos osos de color blanco los que lo construyeron?
—Sí, ellos decían que era para entrar en lo que conocían como el Tiempo No-ficticio. Querían llegar a él, puesto que según ellos, el estado normal de todo esto —hizo un gesto con los brazos, queriendo indicar el mundo—, era la no-ficción.
Narrador, al parecer tu introducción en la historia ha variado totalmente el desarrollo normal e introducido elementos completamente ajenos.
—¿Porqué has dicho eso? Suena como si lo hubiese dicho el Metanarrador a través de ti...
—Conque parque turístico ¿eh? ¿Dónde está tu "MISTERIO DEL MONOLITO" ahora? —le reprochó Thuirl, olvidando totalmente lo que le acababa de decir el Narrador—. Este cuento ya no tiene sentido.
—Señor turista cara-tiesa—se percibía que el assyntu estaba fuera de sus casillas, pues utilizar ese adjetivo despectivo delante de los visitantes era algo poco común—, esto no es un parque "turístico". Este el parque natural y etnográfico essuntu del mítico Tiempo de la No-Ficción y del estudio de los Thain, quiénes eran y adónde fueron. También estudiamos a nuestros propios antepasados essuntu. No diga que no tiene sentido. Este mismo año se ha descubiert...—calló repentinamente, con aire culpable—. Bueno, nuestro trabajo es muy importante, pero no creo que sea de vuestra incumbencia.
—Venga, ahora tienes que decírnoslo. Narrador, ¿puedes obligarle de alguna manera? —añadió en un susurro, para que el assyntu no le oyera.
—Ya no soy el narrador, tú mismo lo dijiste. —le contestó, en el mismo tono—. Lo más que podemos hacer es influenciar en el Metanarrador para que nos diga lo que queremos a través del assyntu.
—Perdone, señor...¿Cómo se llama usted?
—Mindassanya.
—Señor Mindassanya, yo me llamo Thuilr, expreso mis disculpas por nuestra grosería. Si fuera tan amable de explicarnos todo lo que tengamos que saber acerca de este monumento...
Thuilr, ese es un cambio notable. Disculpas aceptadas.
—(psst, Thuilr, ¿te has dado cuenta?, ¡lo ha vuelto a hacer, eso no ha sonado nada natural!)—susurró el Narrador—.
—Como iba diciendo, existen numerosas salas y pasadizos en el interior del enorme monolito. Cada sala tiene su función y pensamos que se trata de una gigantesca nave espacial.
—(¡Resopla!).
—(Vamos a ver, ahora no me salgas arcaico, tienes que ceñirte a una época concreta).
—Aunque de un tipo algo especial: pensaban en ella como una nave abstracta que les serviría para retornar al Tiempo de la No-Ficción. Nuestro último descubrimiento muestra que es posible que lo consiguieran.
«Y ese es el origen verdadero de los osos polares».
—¿Quién ha dicho eso? —dijo Mindassanya.
—Es largo de explicar —repuso el Narrador.
«Con amables palabras se despidieron de Mindassanya y atravesaron de nuevo la llanura y el cañón, volviéndose a encontrar con el primer monolito que indicaba el límite del parque natural. Se acercaron al monolito, grabado en el ponía...»
—¡Ey, mira! Pone ©Copyright Osos Polares Gigantes AKA Thain. Realmente tú y el Metanarrador no tenéis mucha imaginación.
—Olvídalo, vamos a ayudar a aquellos comerciantes a los que vapuleaste.
—¡Eran comerciantes! ¡Me hiciste pensar que eran bandidos!
—Jaja, es broma. Eran bandidos.
«... ... ...»
—¿Qué ha sido eso? —dijo Thuirl.
—Mmm, no lo sé. Parecían como tres grupos de puntos suspensivos flotando por encima de nosotros.
«                                                                                                                »
—Se escucha un vacío muy incómodo, ¿Verdad, Narrador?
—Ahora que lo dices, el Metanarrador parece que se ha quedado callado durante un buen rato. Al principio pensaba que no quería asustar al assyntu, luego le asustó y después nos ha traído aquí y ahora no dice nada.
«Nrghh. Nghh»
—¡Qué ruidos más raros hace!
—Creo que ya sé lo que pasa. —dijo el Narrador.
—¿Qué? —la tensión volvió debido al nuevo misterio, después de descubrir todo lo concerniente a los monolitos
—Al Metanarrador se le está acabando la batería del portátil o...
—¿O?
—Va siendo hora de que vuelva a ocupar su lugar.
—¡Ah!, ya. Sólo espero que no seas tan malintencionado con tus personajes.
—¿Cómo? ¿No quieres venir conmigo? Al "Tiempo de la No-Ficción".
—¿Puede hacerse?
—Hay que hacerlo con cuidado, si no fíjate en los pobres Thain, como acabaron, marginados al polo por interferir en la causalidad del espacio-tiempo. Prepárate, vamos al Tiempo de la No-Ficción.
—Vamos allá.

«Hay que decir que luego llovió mucho. Los bandidos se recuperaron de sus heridas. Los dobles de Thuirl y los personajes bajo el yugo del Narrador y el Metanarrador tuvieron mayor poder de decisión en sus obras; se evitó que la Realidad se fuera al traste impidiendo la salida de nuevos elementos ficticios hacia el Tiempo de la No-Ficción.

Actualmente Mindassanya sigue investigando en las ruinas del Monolito Grande y es un prestigioso arqueólogo. Thuirl (o al menos otra versión suya) vagó por las llanuras, montado en su caballo y disfrutando de las excelentes fotografías y vídeos de una cámara adelantada a su tiempo».

FIN


Criaturas: Humanos, Thain, Essuntu.
Espacios Planares: Tiempo de la No-Ficción, Tiempo de la Ficción.
Lugares: Monolito Grande.
Individuos: Thuilr, Narrador, Metanarrador, Mindassanya.


Nota I: Inspiración en Misery’s King (archive.org) de Septicflesh/Chaostar, "El país del fin del mundo" de Terry Pratchett y Otherland de Tad Williams y también en el Tiempo del Sueño de los aborígenes australianos.


Texto: Jakeukalane. Publicado originalmente en "Eh, bueno, creo que era... EL MISTERIO DEL MONOLITO".
Imagen I: Ludovic Celle (Ludo38). Imagen original aquí → Australia - Uluru walkarround (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → Australia - Uluru walkarround (imagen).
Imagen II: Batjorge. Imagen original aquí → inside the desert (deviantart, archive.org). Imagen en tamaño completo aquí → inside the desert (imagen).

©Hyposs Productions. ©Ludovic Celle ©batjorge

El Anhelo del Reloj

El Anhelo del Reloj

Imagen I: El reloj, paralizado después de mirar dentro de la Singularidad, por Jakeukalane.


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Texto original de Avengium inspirado en la idea del tiempo congelado. Para inspiración adicional ver nota.


El reloj sentía anhelo del tiempo pasado. Ahora que ya todo había acabado, lo único que quedaba era el recuerdo. El reloj anhelaba cuando sus manecillas aún giraban, cuando el tic del segundero marcaba firme el reinado del tiempo sobre las demás cosas, cuando los días aún se sucedían uno tras otro. Pero ya no quedaba nada de eso.

El tiempo había sucumbido a sus pobladores. Desde que éstos encontraran la Singularidad, el tiempo nunca había vuelto a ser lo mismo. Lo más parecido a la sucesión de dos instantes que quedaba en este mundo inmóvil era una proeza de la física, una complicada operación que transportaba automáticamente algo de un sitio a otro.

El único problema era que no quedaba nadie para realizarla, todos los demás relojes, los metrónomos, los cronómetros, los ábacos, en fin, todos los instrumentos de medida y, aún más, cada objeto dotado de materia yacía congelado en el tiempo debido a la Singularidad.

A lo mejor no había sido buena idea adentrarse tanto en los misterios del tiempo, o a lo mejor si.

Desde el mismo instante en el que los relojes descubrieron el secreto del tiempo mirando dentro de la Singularidad, éste se detuvo. Ahora, solo les quedaba el descubrimiento en sus cabezas. ¿Había merecido la pena pagar tan alto precio para conocer el origen de la realidad? El reloj estaba convencido de que sí. Después de todo, la realidad seguía existiendo. Y así, cuáles insectos conservados en ámbar, podían esperar eternamente a que el tiempo volviera a surgir.

Este pensamiento aliviaba al reloj. Pero por otra parte, no podía evitar anhelar que sucedieran cosas.


Nota I: Una vez acabado el relato, se percibió una inspiración subterránea de Quantum Break. Trailer Quatum Break (archive.org), Dinámica de juego de Quantum Break (archive.org).


Criaturas: Relojes, metrónomos, cronómetros y ábacos (con conciencia).
Espacios Planares: Universo de Repar (Remecróa), Remecróa.
Objetos: Singularidad de Remecróa.


Texto: Avengium.
Imagen I: Jakeukalane. Imagen original aquí → El Anhelo del Reloj (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → El Anhelo del Reloj (imagen).

©Avengium ©Hyposs Productions.

El cuento de las Torres y los Cuernos de Plata

El cuento de las Torres y los Cuernos de Plata

Imagen I: Torre de Plata Fractal y el Gran Cuerno de Plata, por Sabine62.


Texto original de Jakeukalane inspirado en la imagen.


Este es una construcción muy especial. Se sitúa a las orillas del Mar de Plata Fractal, en la ciudad de Svoroncy (situada en el Plano Fractal de Nyene). A pesar de las resonancias maravillosas del nombre del mar, se trata de un lugar peligroso. La plata fractal es venenosa 1  y no sólo es peligroso caerse dentro de ella, sino que la tripulación de los barcos no puede salir a cubierta debido a los gases tóxicos.

Algunos piensan que el trayecto se podría evitar por tierra, al fin y al cabo son sólo dos semanas más de viaje, pero la ciudad situada a las orillas del Mar de Plata no puede depender de caravanas de comerciantes extranjeros.

Por eso decidieron establecer un tráfico continuo de mercancías entre Svoroncy y el otro lado del mar hasta la ciudad de Wiliya.


Arrecifes fractales en la costa de Wiliya por Jakeukalane
Imagen II: Arrecifes fractales en la costa de Wiliya, por Jakeukalane.


Para guiarse en el mar, un vigía está permanentemente en una cabina especial en lo alto de los mástiles, donde no puede salir durante todo el trayecto. Sin embargo, plateadas nieblas dañinas se alzan frecuentemente, impidiendo al vigía ver nada y dejando ciego al barco.

Por eso, para evitar los arrecifes, no pueden confiar en las luces de un lejano faro, ni tampoco en las distantes estrellas, sino que utilizan enormes Cuernos de Plata (tratada de manera especial para evitar que se descomponga y sea peligroso su uso) instalados en las proas de los barcos. Los Cuernos se conocen como Talayi.

El sonido de los Cuernos es tan potente que puede alcanzar la costa sin problemas, incluso desde Wiliya, situada al otro lado del Mar de Plata Fractal. Los Tankomî (singular Tankomûm), enormes membranas compuestas de una aleación especial de metales, se encuentran esperando el sonido, lo recogen y lo procesan.

En zonas peligrosas los Cuernos de los barcos están bramando continuamente. Dichos sonidos y sus ecos son recogidos por los Tankomî de la costa.

No es un método instantáneo puesto que no sólo se tarda en su análisis, sino que para que del sonido se pueda extraer información los cuernos tienen que sonar bastante tiempo. Por ejemplo, para saber de manera somera la profundidad del suelo marino (lo suficiente como para adentrarse en una zona no especialmente difícil), hacen falta cinco largos minutos de ininterrumpidos bramidos. A la hora de navegar hacia destinos no explorados en el Mar de Plata Fractal, los navegantes tienen que echar anclas (que también cuentan con protección ante la corrosiva plata fractal) y hacer que los cuernos de sus barcos bramen durante más de una hora. Sólo así se puede conseguir un mapa detallado del fondo marino.

El "rugidor" es normalmente un músico experto que ha hecho carrera para ocupar dicha posición. Algunas veces el puesto puede ser ocupado por trombonistas bajos.

La información que llega deslavazada a los Tankomî de la costa primero se comprime, para almacenar de manera más eficiente los datos recogidos. Es decir, en los Archivos de la Torre (Srisalyi-enyklo), la información topográfica recogida por los barcos se guarda en sonidos más breves, pero que agrupan mucho más significado: la información que había estado extendida a lo largo de minutos se puede almacenar en apenas 25 segundos.

Aunque esta "compresión" tiene varias ventajas (entre ellas, poder analizar la información de manera mucho más eficiente y también poder almacenarla para ocasiones futuras), tiene la gran desventaja de que su emisión a larga distancia, a través de los Cuernos, es inviable, puesto que una gran parte de la información se perdería debido a las perturbaciones del aire y a la gran cantidad de información incorporada en las "notas comprimidas".

Una vez analizado meticulosamente, se responde al barco con una versión más reducida, identificados los puntos, para que este disponga de un "mapa marino". Este mapa, debido a las peculiaridades del sistema, sólo se puede realizar en alta mar, por lo que muchas veces los barcos se adentran en el mar para poder hacer un mapa marino de la costa.

Los Cuernos también pueden emitir señales muy rápidas que sirven para la comunicación entre el capitán del barco y el operador en la Torre (Enyklo).

La versión simplificada llega a los Tankomî del barco (mucho más pequeños que los de tierra, obviamente) y se analiza automáticamente.

Una vez elaborado el mapa marino, el barco puede controlarse (siempre que no haya ningún imprevisto), de manera casi autónoma, sin necesidad de que los operarios de las Torres realicen ningún cálculo: el barco tiene en su base de datos el mapa y de vez en cuando comprueba la posición del barco con respecto al mapa marino, enviando una señal corta a las Torres de la costa, que responden también de manera automática.

Una vez que se terminaron de hacer los mapas marinos entre Svoroncy y Wiliya, para evitar las interferencias entre los barcos, cada barco tiene que apuntar sus Cuernos a un pequeño grupo de Torres para limitar las perturbaciones producidas por un Cuerno para otros Cuernos.

El Tankomûm más grande se encuentra en el puerto de Svoroncy, justo en su entrada. La Torre sobre la que está posado también es de plata fractal. Requiere de grandes cuidados, puesto que es el Tankomûm con mayor capacidad de escucha y por lo tanto la Torre de Plata sufre mayores desperfectos que otras (debido a la vibración).

A pesar del esfuerzo económico que supone para los habitantes de Svoroncy mantener la Torre de Plata Fractal y el Gran Tankomûm, lo hacen a gusto puesto que son el símbolo de la prosperidad económica de Svoroncy.

*1: La plata fractal no es como la plata normal. Como ya he mencionado es altamente tóxica y también inestable (se convierte muy fácilmente en gas) además de colarse por cualquier resquicio en forma de líquido. Sin embargo, trabajada bien, es muy moldeable y se pueden hacer muchas herramientas útiles con ella. Volver.


Espacios Planares: Plano Fractal de Nyene.
Lugares
: Mar de Plata Fractal, Ciudad Fractal de Svoroncy, Ciudad Fractal de Wiliya.
Objetos: Cuernos de Plata.
Substancias: Plata fractal.


Texto: Jakeukalane.
Imagen I: Sabine62. Imagen original aquí → Just another of those bulbs. Imagen en tamaño completo aquí → La Torre de Plata y el Tankomûm de Svoroncy.
Imagen II: Jakeukalane. Imagen original aquí → Fractal reefs at the sea shore of Wiliya. Imagen en tamaño completo aquí → Arrecifes fractales a la orilla de Wiliya.

©Hyposs Productions. ©Sabine62

El cuento del Pájaro Carpintero

El cuento del Pájaro Carpintero

Imagen I: Un pájaro carpintero en un Plano Elemental Total de Diamante, por José Luis Pastor Otero.


Este artículo ha sido mejorado en la wiki


Texto original de Avengium inspirado en "El pastorcillo" (Das Hirtenbüblein) de los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm. Ver nota para otras inspiraciones.


Estando los Daren’Ga Roblus Frondasagaz y su discípulo Zrinus Frondacuriosa 1, paseando por los bosques interminables de Liniarme, en Nastenag’Hai, éste último le preguntó a su maestro:

—Maestro, ¿cuántos seres vivos hay en el Milegu?

A lo que Roblus le respondió:

—Diles a todos que no tengan más descendencia. Cuando todos hayan hecho caso de tu llamada, te diré mi cifra.

Zrinus se quedó pensando mientras caminaba, rumiando todos los posibles significados de las palabras de su maestro. Al cabo de un rato, se le ocurrió otra pregunta. Y como aún continuaba caminando con su maestro, le preguntó:

—Maestro, ¿cuántos Espacios Planares hay en el Milegu?

A lo que Roblus contestó:

—¿Ves el firmamento? Desde cada punto del espacio, se ve uno distinto. Suma las estrellas de todos los firmamentos y ese número te dirá la solución.

Esta fue una respuesta que dejó pensativo a Frondacuriosa, pero pronto su insaciable curiosidad dio lugar a otra magnífica pregunta. A la cual su maestro supo responder tan sabiamente como a las anteriores:

—Maestro, ¿de cuantos instantes se compone el Milegu?

A lo que Roblus contestó:

—Para poder responderte a esa pregunta voy a contarte el cuento del Pájaro Carpintero.

"En el planeta Adamas, en un Plano no lejos de aquí, se encuentra un portal. Este portal mágico es la entrada a un Plano Elemental Total del Diamante 2. En este Plano habita un pájaro carpintero, todo el hecho de diamante. Cada millón de años, el pájaro carpintero se posa en el borde del universo y pica con su pico el duro diamante, no lo hace por ningún motivo en especial, sólo por el instinto de picar. Además, así mantiene afilado su pico de diamante. Cuando le ha parecido suficiente, emprende el vuelo hacia el límite de su universo, el único sitio donde puede volar y no vuelve hasta pasado otro millón de años. Cuando el pájaro carpintero haya excavado los infinitos parsecs de diamante de su Plano y no le quede más diamante en el que posarse, abarcando desde la creación del Plano hasta ese momento, habrá pasado un instante para el Milegu."

Y al comprender lo que su maestro le quería decir, Zrinus Frondacuriosa se hizo un poco más sabio 3.

*1: Los Daren’Ga son espíritus del bosque que no tienen género a menos que quieran manifestar uno. En este texto el género usado para referirse a ellos es neutro. Volver.
*2: Un Plano Elemental es el lugar donde un elemento del cosmos reside en primer lugar. Un Plano Elemental Total es donde toda la existencia de ese plano es de un solo elemento. Por lo cual en un Plano Total de Diamante, toda la existencia es una gigantesca piedra maciza de diamante puro. Volver.
*3: Este cuento es usado por los Drag’Hunn para ilustrar la idea de infinito, y el detalle de cómo hasta las especies más avanzadas no pueden conocerlo todo. No se sabe a ciencia cierta si Roblus o Zrinus existen o han existido alguna vez, pero casi con toda seguridad lo que se cuenta es una idealización ya que los Daren’Ga o se comunican por telepatía o transmitiéndose los "aiuas" de las cosas sobre las que quieren hablar, cosa sumamente compleja que ninguna de las razas creadas por ellos llega a comprender. Volver.


Criaturas: Daren’Ga, Pájaro Carpintero de Diamante, Drag’Hunn.
Espacios Planares: Milegu, Planos, Planos Elementales, Plano Elemental Total del Diamante.
Lugares: Planeta Adamas, Planeta Nastenag’Hai, Bosque de Liniarme.
Conceptos: aiua.
Individuos: Zrinus Frondacuriosa (Daren’Ga), Roblus Frondasagaz (Daren’Ga).


Nota I: Otra inspiración es el microcuento de Jakeukalane, "El Milegu".


Texto: Avengium.
Imagen I: José Luis Pastor Otero (PinPastor). Imagen original aquí → Pájaro Carpintero de Diamante (deviantart). Imagen en tamaño completo aquí → Pájaro Carpintero de Diamante (imagen).

©Avengium ©José Luis Pastor Otero

El Dios del Viento y la Piedra

El Dios del Viento y la Piedra

El Dios del Viento y la Piedra, por Diego Ramírez.


Texto original inspirado en la imagen.



"Su mundo se ha visto invadido por pequeñas y molestas criaturas. Al principio lo veneraban, pero después se convirtieron en una molestia, no le dejaban percibir el ritmo del aire y el lento palpitar de la tierra con sus estridentes cánticos y peticiones. Los expulsó de su santuario. Un día despertó y no percibió el latir del resto de Dioses de la Piedra en lo Profundo... Él mismo se encontró recubierto de extraña maquinaria... querían controlarle. Se presentó ante los diminutos seres para "negociar". El incidente le había infundido un sentimiento extraño hacia aquellos delicados seres: respeto. Pero su presencia despertó el terror.

Había despertado mucho tiempo después (en términos "serdiminutescos"): mil rotaciones del mundo entorno de su estrella 1  y los seres que habían intentado controlarle hacía mucho tiempo que habían desistido y muerto, uniéndose al estrato de piedra.

Los seres diminutos lo llamaron el "Horror" porque no lo comprendían: el Dios del Viento y de la Piedra sólo quería volver a disfrutar del lento latir del mundo: estaba furioso con esos seres, sí, pero también apenado.

Las pequeñas criaturas enviaron a un gran guerrero a luchar contra el dios. Poco pudo hacer más que herirlo e irritarle.

Sin embargo, fue recibido como un héroe: había expulsado al monstruo de las montañas."

Texto de origen desconocido recogido en el capítulo sobre "El Dios del Viento y de la Piedra" en "La recopilación de seres" o "Gytekuha hölopý", enciclopedia realizada por los Dussianos.

Este Dios del Viento y la Piedra, conocido como "N’eleuu veihla edl oiyphi" fue un Dios menor procedente del Mundo Indeterminado. Otros Dioses N’eleuu existieron a lo largo del tiempo.

*1: Equivalente a unos 1200 años. Volver.


Criaturas: Dussianos, Dioses N’eleuu, Dioses Menores del Milegu. Humanos del Mundo Indeterminado.
Espacios Planares: Mundo Indeterminado.
Obras: "La recopilación de seres" ("Gytekuha hölopý").
Idiomas: Idioma dussiano.
Individuos: N’eleuu veihla edl oiyphi (Dios menor del Milegu).


Texto: Jakeukalane.
Imagen: Diego Ramírez (Chivohit). Imagen original aquí→ shuirkthulus abyys. Imagen en tamaño completo aquí → "El Dios del Viento y la Piedra".

©Hyposs Productions. ©Diego Ramírez